Hace tan solo un año, las voces autorizadas de la Comisión Europea y del gobierno respondían de igual forma cuando se les preguntaba por el periodo de transición hacia un mercado sin cuotas en la producción de leche prevista para primavera de 2015. “Las previsiones apuntan a un “soft landing -en español, aterrizaje suave-” recitaban casi de memoria las diferentes voces autorizadas. Tan sólo algunos críticos, que suelen ser a las que menos en serio se les toma, ponían por aquel entonces la voz de alarma y advertían de los riesgos que el sector lácteo podía afrontar a corto y medio plazo. No recuerdo ninguna reunión del observatorio europeo del mercado de la leche en la que no se manifestaran en ese sentido.
Pues bien, tal y como ellos intuían, en los últimos meses han confluido varios factores que han alterado el mercado de la leche en España y Europa, provocando casi la tormenta perfecta. El fin de las cuotas en abril, coincidiendo con la época del año de mayor producción de leche, no parecía una buena idea de inicio. Además, la evolución del mercado internacional donde la prolongación del veto ruso y el freno a las exportaciones europeas a China han contribuido a saturar el mercado europeo de la leche. Adicionalmente nuestro país, la entrada en vigor del RD lácteo y la Ley de la cadena con nuevas obligaciones para los operadores del sector, la caída del consumo de leche y productos lácteos, la sanción de la CNMC a las industrias lácteas por prácticas comerciales prohibidas durante 13 años, y la falta de visión de cadena, han introducido nuevos factores que han contribuido a alterar el funcionamiento deseado del mercado.
Por suerte, algunas variables sí han evolucionado de forma favorable. Los precios de las materias primas continúan relativamente bajos y los PVPs en las tiendas se han mantenido estables desde comienzos de año. A pesar de ello, la situación de determinados ganaderos sigue siendo preocupante, y se han de adoptar medidas excepcionales para paliar los efectos de una crisis en el sector lácteo con múltiples causas y difícil solución. Con ese objetivo el MAGRAMA ha desarrollado determinadas medidas extraordinarias entre las que se encuentra la firma mañana del acuerdo lácteo con compromisos para los diferentes eslabones de la cadena, aunque todo apunta a que habrá poca presencia de ganaderos en la firma.
En las clases de economía agraria de agrónomos, se enseña que cuando hay excedentes de producción en un mercado, hay que buscar mecanismos para darles salida y evitar así que caiga más el precio. Sin embargo, en este caso, las estrategias de promocionales para vender cantidades extra de leche no tienen buena prensa en el sector. Si además los marcos normativos europeo y español no permiten acordar una subida organizada de los precios y los mecanismos de regulación de mercados previstos en la PAC son limitados ¿qué más se puede hacer para hacer más llevadero el aterrizaje?
Hace tan solo un año, las voces autorizadas de la Comisión Europea y del gobierno respondían de igual forma cuando se les preguntaba por el periodo de transición hacia un mercado sin cuotas en la producción de leche prevista para primavera de 2015. “Las previsiones apuntan a un “soft landing -en español, aterrizaje suave-” recitaban casi de memoria las diferentes voces autorizadas. Tan sólo algunos críticos, que suelen ser a las que menos en serio se les toma, ponían por aquel entonces la voz de alarma y advertían de los riesgos que el sector lácteo podía afrontar a corto y medio plazo. No recuerdo ninguna reunión del observatorio europeo del mercado de la leche en la que no se manifestaran en ese sentido.
Pues bien, tal y como ellos intuían, en los últimos meses han confluido varios factores que han alterado el mercado de la leche en España y Europa, provocando casi la tormenta perfecta. El fin de las cuotas en abril, coincidiendo con la época del año de mayor producción de leche, no parecía una buena idea de inicio. Además, la evolución del mercado internacional donde la prolongación del veto ruso y el freno a las exportaciones europeas a China han contribuido a saturar el mercado europeo de la leche. Adicionalmente nuestro país, la entrada en vigor del RD lácteo y la Ley de la cadena con nuevas obligaciones para los operadores del sector, la caída del consumo de leche y productos lácteos, la sanción de la CNMC a las industrias lácteas por prácticas comerciales prohibidas durante 13 años, y la falta de visión de cadena, han introducido nuevos factores que han contribuido a alterar el funcionamiento deseado del mercado.
Por suerte, algunas variables sí han evolucionado de forma favorable. Los precios de las materias primas continúan relativamente bajos y los PVPs en las tiendas se han mantenido estables desde comienzos de año. A pesar de ello, la situación de determinados ganaderos sigue siendo preocupante, y se han de adoptar medidas excepcionales para paliar los efectos de una crisis en el sector lácteo con múltiples causas y difícil solución. Con ese objetivo el MAGRAMA ha desarrollado determinadas medidas extraordinarias entre las que se encuentra la firma mañana del acuerdo lácteo con compromisos para los diferentes eslabones de la cadena, aunque todo apunta a que habrá poca presencia de ganaderos en la firma.
En las clases de economía agraria de agrónomos, se enseña que cuando hay excedentes de producción en un mercado, hay que buscar mecanismos para darles salida y evitar así que caiga más el precio. Sin embargo, en este caso, las estrategias de promocionales para vender cantidades extra de leche no tienen buena prensa en el sector. Si además los marcos normativos europeo y español no permiten acordar una subida organizada de los precios y los mecanismos de regulación de mercados previstos en la PAC son limitados ¿qué más se puede hacer para hacer más llevadero el aterrizaje?